CUENTO DE NAVIDAD, CARTA A LOS REYES MAGOS DE ORIENTE

 

CUENTO DE NAVIDAD
CARTA PARA LOS REYES MAGOS DE ORIENTE




En una ciudad pequeña vivía una familia conformada por mamá, papá y su pequeño hijo Miguel de 8 años, eran de una condición socioeconómica media, sus padres eran maestros en una escuela secundaria, los padres trabajaban muy duro para darle lo mejor a su hijo quien era un buen niño, estudioso y obediente, sin embargo, el padre de Miguel, el señor Miguel Ángel se sentía mal por no poder prosperar más en su trabajo a pesar de que siempre estaba actualizándose, tomando cursos, diplomas, a parte trabajaba por su cuenta dando asesoría de matemáticas a los jovencitos que tenían problemas con la materia, siempre estaba en constante competencia con sus dos hermanos, si uno de ellos se compraba un auto último modelo, él también hacía lo posible para comprarlo, aunque significara endeudarse hasta el cuello. Su esposa llamada Esther por su parte trabajaba en otra secundaria, al ser madre y tener que cuidar del pequeño Miguel no podía tomar tantos cursos ni diplomas como su marido, así que estaba conforme con su clave y salario. No comprendía por qué su esposo siempre quería más y basaba su felicidad en las cosas materiales, vivían bien dentro de sus posibilidades, no les faltaba nada, solo un poco más de la presencia de su marido quien con tantas ocupaciones pasaba poco tiempo con su hijo, el cual necesitaba de la presencia de su padre, tenía muchas ganas de jugar con él a la pelota o que fueran juntos a dar un paseo en bicicleta, pero don Miguel Ángel no podía porque estaba más ocupado en hacer dinero y presumir con su hermanos alguna nueva adquisición, lo cual a veces era muy difícil ya que uno de ellos era médico y ganaba un poco más de dinero que él.



Llegaron las fiestas decembrinas y como siempre se reunían en casa de la madre de Miguel Ángel pasa pasar Navidad, Año Nuevo y Día de Reyes, todos los integrantes de las familias llegaban con sus respectivos platillos y regalos, estrenando ropa, zapatos, etc., era una competencia tácita, sobre todo entre Miguel Ángel y uno de sus hermanos quien se llamaba Ramiro de profesión ingeniero civil. Esther no comprendía esa rivalidad absurda por los bienes materiales que mantenía su marido, ella al igual que el pequeño Miguel lo único que anhelaban era que pudieran pasar más tiempo juntos los tres, jugar juegos de mesa, ir al parque a jugar la pelota, ver una película juntos, etc.

Miguel Ángel en cambio estaba muy ocupado tratando de comprar lo mejor, presumiendo de esta manera lo bien que estaba financieramente, sin importar si para ello tenía que endeudarse con las tarjetas de crédito; para Navidad el señor Miguel Ángel le regaló a su pequeño hijo un coche automático bastante costoso, su esposa no estuvo de acuerdo, pero él le dijo que no podía permitir que sus hermanos regalaran mejores juguetes a sus respectivos hijos y él en cambio comprara un juguete más sencillo, así que una vez más con muchos sacrificios entre los dos padres le compraron ese coche a su niño. El pequeño estaba contento porque era un lindo cochecito tipo deportivo, pero al mismo tiempo estaba triste porque pasaba poco tiempo con su papá.


Miguelito tuvo una idea, al ver que se acercaba el Día de los Reyes Magos pidió a sus padres lo llevaran a la iglesia cercana a su casa ya que en ella el sacerdote colocaba año con año un pequeño buzón para que los niños dejaran ahí sus cartas a los Santos Reyes, Miguelito pensó que, si les escribía dos cartas, una que dejaría en la iglesia y otra en el Nacimiento de su casa los Reyes Magos la leerían dos veces y así le harían más caso en su petición.

El niño les escribió y les pidió lo siguiente:

“Queridos Reyes Magos:

Yo creo que me he portado bien durante todo el año, mis calificaciones en la escuela son buenas y no hago enojar a mis papás, les escribo dos veces con la esperanza de que lean mi carta y así me traigan lo que les pido, este año no quiero regalos, no quiero juguetes, lo único que quiero es pasar más tiempo con mi papá, lo veo muy poco, casi nunca vamos a jugar o a pasear, muchas veces solo lo veo un rato por la noche antes de dormir, yo quisiera que jugara conmigo como los papás de mi amigos, quisiera ver alguna caricatura o película con él y mi mamá, por eso queridos Santos Reyes solamente les pido como regalo que mi papacito pase más tiempo con nosotros, eso es todo.

Con cariño Miguelito.”



 Cuando el señor Miguel Ángel leyó la carta que estaba en el Nacimiento de su casa se sorprendió al no ver una lista larga de juguetes, lo que leyó le conmovió hasta los huesos, al grado de derramar unas lágrimas, su esposa también estaba muy sorprendida con la petición de su hijo a los Reyes Magos, el papá de Miguelito comprendió que no todo en esta vida se basaba en los bienes materiales, viendo el Nacimiento puesto en su sala reflexionó sobre su conducta, lo importante y único era la unión familiar, el amor entre ellos, y eso solo se logra con la convivencia, entonces, tenía que pasar más tiempo con su hijo, participar también en su formación para que el día de mañana se transformara en un adulto con valores y principios, así como en los tiempos del Niño Jesús, San José su papá en la Tierra siempre estuvo al pendiente de él.

Abrazó a su esposa y le prometió que de ahora en adelante ya no estaría tan preocupado por tener bienes materiales, comprendió que había descuidado a su familia por esa absurda competencia con sus hermanos, estaba dispuesto a pasar más tiempo con su hijo y a disfrutar de su niñez.

El 5 de enero el pequeño Miguel cenó temprano chocolate caliente y la tradicional rosca de reyes, se despidió de sus padres con un beso y se fue temprano a dormir con la esperanza de que los Reyes Magos le hicieran el milagro que con su fe e inocencia de niño les había pedido.

Al día siguiente se levantó y se dirigió al Nacimiento, allí había una nota que decía: “Miguelito, como eres un niño bueno y obediente te trajimos una pelota de futbol para que juegues muchos partidos con tu papá, sigue portándote bien. Hasta el próximo año. Firman los Tres Reyes Magos”.

Su papá se acercó y le dijo: “vamos hijo a estrenar esta pelota, de ahora en adelante pasaré más tiempo contigo, tenemos muchos partidos por jugar”.

Miguelito abrazó a su papá fuertemente, elevó su mirada al cielo y dio las gracias a los Reyes Magos por concederle este milagro navideño.



Así termina este cuento dedicado a la temporada navideña, esperamos haya sido de su agrado y les deseamos un ¡Feliz Día de los Santos Reyes!, que los reyes magos de Oriente les traigan lo que les han pedido.

Te invito a dejar un comentario. Gracias.

Aquí  el vídeo:

https://www.youtube.com/watch?v=tAnitYLD_CM&t=629s



©2024 Alicia Ariadna/Todos los derechos reservados



Cuento escrito por la Lic. Alicia Ariadna M.G.

Fotos tomadas de Internet.


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